Valparaíso puede estar llena de defectos; ser una ciudad sucia, volverse peligrosa de noche y con ríos de orina que viajan cerro abajo durante las regadas celebraciones de fin de año. Sin embargo nadie puede escapar a un encanto que con el tiempo se ha vuelto mítico. Su fisonomía, sus bares, su gente es poesía pura y pocos visitantes pueden escapar a su influencia.
Uno de los extrajeros que quedó prendado del puerto es Vincent Moon. Este director parisino, responsable de varios videoclips y registros sobre bandas y músicos indies de la escena europea, llegó por primera vez a Valparaíso en 2001 luego de recorrer el sur de Chile y parte de Argentina. Fascinado con su atmósfera, para Moon la ciudad es verdaderamente uno de mis lugares favoritos en el mundo. Su espíritu es simplemente increíble. Estaba en un momento bastante intenso y sólo quería volver. Desde entonces siempre tuve la idea de hacer un proyecto ahí con unos pocos músicos locales, como menciona en una entrevista al portal This is Chile. De allí surgió el interés de unir decidió su trabajo como realizador junto a su propuesta audivisual siempre fresca y experimental, para dar vida a "Temporary Valparaíso", documental en el que plasma el talento que encontró en las calles del puerto, de la mano de los nuevos cantautores jóvenes chilenos.
"Temporary Valparaíso" invita a un recorrido por la música y por el corazón de la ciudad. Sus calles, su gente y también su sonido son los principales protagonistas. Moon reune a artistas emergentes como Camila Moreno, Pascuala Ilabaca, Manuel García, Gepe, Chinoy, Kaskivano y otros, todos reunidos por la música y Valparaíso como escenario que vio emerger buena parte de su carrera. Como viejos amigos, y con una naturalidad y conexión entre sí que logra traspasar la pantalla, este grupo de músicos se lanza por calles, terrazas, ascensores y cocinerías para dar rienda suelta a su canto.
Algo interesante es que Moon entremezcla fragmentos de "A Valparaíso", documental de 1962 realizado por el holandés Joris Ivens durante su visita a Chile para enseñar y compartir con los alumnos de cine de esa época (entre ellos el mismísimo Patricio Guzmán). La película tiene un valor inmenso no sólo a nivel de archivo, donde podemos ver las costumbres y contrastes del principal puerto chileno a inicios de los '60, sino que Ivens muestra lo raro, lo odiable, lo bello y lo freak de una ciudad emplazada a lo largo de 42 cerros, cada una un mundo aparte. Su fisonomía de escaleras imposibles e intrincados ascensores no le generan más que preguntas sobre lo extraño de su gente y sus costumbres. Moon juega a recomponer esa historia a través de planos similares de los lugares filmados hace cincuenta años atrás, poniéndo énfasis en las reflexiones poéticas que Ivens hizo de su visita al puerto.
"Temporary Valparaíso" es una de esas postales fílmicas memorables del puerto, pues además de su reconocible belleza, el talento joven que la ciudad guarda en sus recovecos explota con toda su genialidad en pantalla.
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